Los Católicos y la Vida Pública en Estados Unidos (¿y el mundo?)

Publicaremos en seguidillas de Nuevas Entradas, un texto que encontramos en EWTN, el Canal Católico, escrito por Monseñor José H. Gómez, Arzobispo de San Antonio, Texas, Estados Unidos, sobre la vida política de los católicos, enfocado, principalmente a los dirigentes o agentes políticos. Comenzaremos hoy con la Introducción, que ya es motivo para pensar bastante. Mañana continuaremos.


LOS CATOLICOS Y LA VIDA PUBLICA EN LOS ESTADOS UNIDOS
Consideraciones sobre la “Nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política”

Mons. José H. GomezArzobispo de San Antonio, TexasMéxico, 17 de noviembre de 2005




Introducción



Cuentan que una vez un sacerdote exhortaba a un fiel sobre las exigencias de la generosidad cristiana preguntándole si, en el caso de tener dos casas, compartiría una con un necesitado. “Sí padre, por supuesto”; fue la respuesta del fiel. “Y si tuvieras dos caballos ¿Compartirías uno con quien no lo tiene?” “Sí padre”. “Y si tuvieras dos campos de cultivo, ¿Compartirías uno con quien no lo tiene?” “Sí padre”… y así siguieron las preguntas, siempre con una respuesta positiva. Hasta que el sacerdote preguntó: “Y si tuvieras dos camisas, ¿Compartirías una con quien no la tiene?” “¡Ah! eso sí que NO Padre” “¿Y por qué?” preguntó extrañado el sacerdote. “Porque yo SÍ tengo dos camisas”.

Algunos políticos que se llaman católicos, lamentablemente, son como el personaje de la anécdota. Están dispuestos a hacer “cualquier cosa” por la Iglesia… siempre que no sea lo que REALMENTE están pensando hacer.

Y precisamente porque existe este problema, es que se hizo necesario, especialmente en los últimos años, la publicación del tema de esta ponencia, la “Nota doctrinal sobre algunas cuestiones relativas al compromiso y la conducta de los católicos en la vida política”.

La nota de suyo es bastante clara y no creo que yo pueda dar más luces de las que ella misma da. Pero creo que vale la pena comentarla desde la experiencia de lo acontecido en Estados Unidos, y de cómo esta experiencia puede ayudar a responder frente a lo que ya ocurre y puede ocurrir en otros países.

De hecho, el tema de la identidad católica y la política práctica partidista ha suscitado un debate sumamente intenso al interior de la Iglesia en Estados Unidos; y muchos políticos norteamericanos que se consideran católicos se han quejado de la “injusticia” con la que han sido tratados cuando se les ha recordado que no deberían comulgar si su acción está reñida con las enseñanzas fundamentales de la Iglesia. Muchos de ellos, incluso, han puesto como ejemplo de la supuesta “discriminación” que sufren, el gran número de políticos que en América Latina discrepan con las enseñanzas de la Iglesia y sin embargo, reciben la Comunión.


Lo central de la nota doctrinal

La Nota doctrinal publicada el 16 de junio de 2003 es bastante explícita. Sin embargo, me he permitido extraer ocho conceptos que considero como ejes en su interior. Son los siguientes y los leo casi textualmente del documento original:

- “Se puede verificar hoy un cierto relativismo cultural, que se hace evidente en la teorización y defensa del pluralismo ético, que determina la decadencia y disolución de la razón y los principios de la ley moral natural”.

- “La Iglesia tiene el derecho y el deber de pronunciar juicios morales sobre realidades temporales cuando lo exija la fe o la ley moral”.

- La recta concepción de la persona es “un principio sobre el que los católicos no pueden admitir componendas, pues de lo contrario se menoscabaría el testimonio de la fe cristiana en el mundo y la unidad y coherencia interior de los mismos fieles”.

- “El compromiso político a favor de un aspecto aislado de la doctrina social de la Iglesia no basta para satisfacer la responsabilidad de la búsqueda del bien común en su totalidad”.

- Existen “principios morales que no admiten derogaciones, excepciones o compromiso alguno”. “Este es el caso de las leyes civiles en materia de aborto y eutanasia”.

- “Hay que insistir en el deber de respetar y proteger los derechos del embrión humano. Análogamente, debe ser salvaguardada la tutela y la promoción de la familia, fundada en el matrimonio monogámico entre personas de sexo opuesto y protegida en su unidad y estabilidad, frente a las leyes modernas sobre el divorcio”.

- “No se trata en sí de ‘valores confesionales’, pues tales exigencias éticas están radicadas en el ser humano y pertenecen a la ley moral natural”.

- “Las orientaciones contenidas en la presente Nota quieren iluminar uno de los aspectos más importantes de la unidad de vida que caracteriza al cristiano: La coherencia entre fe y vida, entre evangelio y cultura, recordada por el Concilio Vaticano.



[...continúa]



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