"Cristo ODIA el pecado, pero AMA al pecador"


La necesidad de escribir sobre esto nos surgió cuando nos interpelaron sobre nuestra "excesiva crítica a la Iglesia", y "carencia de aportes, o de espíritu constructivo". En pocas papabras, cuando nos dijeron que no es correcto para un cristiano andar criticando tanto, sobre todo, y con mayo razón, no es bueno criticar tanto a los curas, religiosos y "gente de fe"; que todos ellos habian sido puestos en ese lugar por Dios (el cura es tal por Dios...cosa evidente, pero que, por su generalidad, carece de precisión). Nos dijeron que es muy malo denunciar, "pelar" (hablar de una persona cuando no está presente) a los curas, etc.
Pues bien. Veamos. Lo correcto está implícito en estas palabras. Es decir, es evidente que no es bueno hablar de la persona que no se encuentra presente. Es malo hablar mal de un sacerdote...y de cualquier persona.
Peor nosotros decimos ¿es hablar mal de alguien cuando decimos lo que hizo?
Narrar un hecho evidente no es juzgar (Lc VI, 36). Suponer una intención, entrar en la voluntad d ela persona...eso es juzgar, y a eso se referia Cristo cuando dijo que no deberiamos juzgar, ni mirar la "paja en el ojo ajeno".
Lo que sucede es que muchas veces uno ve un hecho y lo cuenta. Y lo cuenta por varios motivos. Si se cuenta porque se quiere enseñar con eso...se quiere aprender (ya sea enmendando o imitando, dependiendo de la cualidad del hecho) eso está no sólo bien, sino MUY BIEN.
Pero si se cuenta ese hecho con la intención de desprestigiar, de enhuiciar...ahí tenemos que atener al llamado de Cristo según nos lo trae Lucas.


Si vamos a entrar en el conocimiento de la Sagrada Doctrina, de la Tradición Católica y del Conocimiento de Cristo, tenemos que, precisamente, mirar con mayor atención a quienes están más cerca de Cristo: Católicos (practicantes), y más aún, los sacerdotes, como personas que actuan in persona Christi.
A ellos debemos mirar cuando pensamos en cómo seguir a Cristo. Pero si los miramos y vemos (no con juicio, sino con inteligencia) que han faltado, faltan o pueden faltar a la Verdad, a su función Sagrada o, en fin, a las practicas cristianas, tenemos el deber (la obligación moral y metafísica) de no imitar eso.
Pero para saber qué imitar o qué NO imitar en un sacerdote, tenemos que estar bien formados e informados acerca de lo que debe o no hacer (primero) un sacerdote y (segundo) un cristiano en general.
Cuando vemos -o veamos- un mal ejemplo, no sólo debemos NO imitarlo, sino también debemos remarcar la falta, y enseñar a los demás que tal o cual cosa no se debe hacer.(Jr 44:4 "NO hagais esta cosa abominable que yo aborrezco")
Por supuesto que todo esto bajo el espiritu Católico, que es el de Cristo, aquel que señala la Tradición: "Cristo odia el pecado, pero ama al pecador".

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